Benigno Mariano Pedro Casto de la Vega-Inclán y Flaquer, II marqués de la Vega-Inclán, es una de esas figuras sin las que sería imposible tener la ciudad actual. Propició numerosas reformas y restauraciones en el Real Alcázar, siendo alcaide, y configuró el barrio tal y como lo conocemos en nuestros días.
Capitaneó la reordenación y saneamiento del barrio de Santa Cruz, con la cesión a la ciudad de parte de la Huerta del Retiro del Alcázar, creando así una conexión directa con Menéndez Pelayo y conformando los actuales Jardines de Murillo. Este barrio, el más apreciado y visitado por los foráneos, es el primero sometido a una reforma con fines turísticos. También crea la primera red de hospederías de Santa Cruz